Consejos para las rabietas de los niños

como manejar una rabieta

La mayoría de los niños, entre los 18 meses y los 3 años, pasan por episodios de rabietas.

Aunque a los padres les saque de quicio, los psicólogos insisten en que son síntoma de un desarrollo emocional sano, pues ayudan a los pequeños a reafirmarse y a comprobar hasta dónde pueden llegar, por eso es fundamental mantenerse firmes y no ablandarse ante sus lágrimas.

Las rabietas también les facilitan la tarea de desahogarse liberando su rabia, su frustración y su nerviosismo.

Sólo son negativas si van acompañadas de actitudes destructivas o si los padres ceden ante ellas y el pequeño aprende a utilizarlas para salirse siempre con la suya. En este caso se repiten y se prolongan en el tiempo.

Las rabietas, entre otros motivos, suelen suceder cuando el niño:
  • Está cansado, hambriento, incómodo, o no se siente bien, tiene demasiado calor, la ropa está demasiado ajustada o busca independencia "Lo puedo hacer yo sólo".
  • Frustrado  por tener que compartir juguetes o es incapaz de realizar una tarea, por ejemplo. 
  • No tiene una rutina regular. 
  • Se espera que haga más de lo que es capaz, como estar sentado en silencio demasiado tiempo.
  • Se le pide que interrumpa una actividad para realizar otra, como por ejemplo, deja de jugar y vístete.


CÓMO PREVENIR LAS RABIETAS
  • Observe las señales que da su hijo. Los padres normalmente saben cuando un niño está cansado, hambriento, o necesita un descanso después de una actividad excesiva. 
  • Asegurarse de que duerme la siesta cuando está cansado y de que tenga un pequeño tentempié cuando tiene hambre. 
  • Si está demasiado descontrolado y necesita ayuda para relajarse, sentarlo y leerle un libro o darle un baño. Las actividades agitadas deben ser seguidas por actividades tranquilas.
  • Cuando sea posible, planear las actividades familiares en torno a las rutinas del niño. 
  • Antes de pedir a un niño que pare una actividad y comience otra, darle unos pocos minutos de aviso para ayudar a que se prepare para el cambio. Esto podría evitar una rabieta.


CUANDO ESTALLA LA RABIETA
A causa de que cada niño es diferente y las razones de las rabietas pueden variar, son necesarias diferentes formas de enfrentarse a las rabietas. 
  • Intentar permanecer en calma. ¡Esto puede ser difícil!
  • Intentar verbalizar lo que el niño está sintiendo "Es frustrante cuando el juguete no funciona." Esto ayuda al niño a entender lo que está sintiendo y puede proporcionarle palabras para expresar lo que siente. 
  • Redireccionar la atención del niño hacia otra cosa. Si está enfadado porque no puede subirse a los armarios, llevarle un lugar que sea seguro para él y donde pueda practicar el subirse y escalar. 
  • Puede haber situaciones en las que, después de haber intentado todo lo anterior, el niño todavía está muy enfadado y necesita descargar su rabia. En este punto se puede elegir darle al niño algo de espacio. Esto le permitirá al niño calmarse y al adulto controlar su propia frustración. "Puedo ver que estás muy enfadado. Te voy a dejar solo hasta que te calmes." 
  • Una vez que el niño comienza a calmarse, se puede ofrecer consuelo al niño. Estar fuera de control puede asustar al niño. En cualquier caso, si el niño no está preparado cuando se le ofrezca consuelo, esperar hasta que lo esté. 
  • Dependiendo de la personalidad del niño, puede querer que lo cojan en brazos, que le hablen, lo distraigan o simplemente que lo dejen solo hasta que esté preparado para interactuar por él mismo. 
  • Cuando la rabieta ocurre en un lugar público, es conveniente buscar un lugar calmado, como el coche, hasta que el niño retome el control.


RECORDAR
Algunas veces los adultos también tienen ataques de rabia. Algunas veces golpeamos el suelo, cerramos bruscamente una puerta, gritamos, arrojamos objetos o conducimos demasiado rápido. ¡Una de las formas en las cuales los niños aprenden a manejar las emociones fuertes es viéndonos a nosotros hacerlo! 


Una rabieta es la forma del niño de comunicar sus emociones, las cuales está todavía aprendiendo a manejar. En cualquier caso, armarse de paciencia y pensar que las rabietas son habituales a los 2 años, pero según van pasando los meses se van haciendo menos frecuentes, hasta desaparecer en el tiempo.

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